Esperando a los bárbaros
¿Qué esperamos aquí, en la plaza reunidos?
A los bárbaros, que hoy llegan.
¿Por qué tal calma en el Senado?
¿Por qué los senadores, sentados, no legislan?
Porque hoy llegan los bárbaros.
¿Qué leyes van a hacer los senadores?
Los bárbaros ya nos darán sus leyes cuando vengan.
¿Por qué el emperador se levantó tan de mañana
y se sienta en su trono, ante la puerta
mayor de la ciudad ciñendo la corona?
Porque hoy llegan los bárbaros.
Y el emperador espera para recibir
a su jefe. E incluso tiene listo
un pergamino para dárselo en el que
ha escrito muchos títulos y nombres.
¿Por qué nuestros dos cónsules y todos los pretores
salieron hoy con sus togas recamadas y rojas?
¿Por qué llevan brazaletes con tantas amatistas
y anillos con brillantes esmeraldas cristalinas?
¿Por qué empuñan hoy bastones preciosos
de oro y plata tan ricamente cincelados?
Porque hoy llegan los bárbaros,
y estas cosas deslumbran a los bárbaros.
¿Por qué los buenos pretores no vienen como siempre
a decir sus discursos, a hablar tal como suelen?
Porque hoy llegan los bárbaros
y a ellos no les gustan retóricas y alocuciones.
¿Por qué ha empezado de improviso esa intranquilidad
y esa confusión? (Los rostros se han tornado todos graves.)
¿Por qué se han vaciado tan de prisa las calles y las plazas
y todos regresan a sus casas tan cabizbajos?
Porque se ha hecho de noche sin que lleguen los bárbaros
y algunos que han venido de la frontera
van diciendo que ya no existen bárbaros.
Y ahora, ¿qué será de nosotros sin bárbaros?
Esta gente eran de algún modo una solución.
(Fuente: El Hombre aproximativo blog)
¿Por qué tal calma en el Senado?
¿Por qué los senadores, sentados, no legislan?
Porque hoy llegan los bárbaros.
¿Qué leyes van a hacer los senadores?
Los bárbaros ya nos darán sus leyes cuando vengan.
¿Por qué el emperador se levantó tan de mañana
y se sienta en su trono, ante la puerta
mayor de la ciudad ciñendo la corona?
Porque hoy llegan los bárbaros.
Y el emperador espera para recibir
a su jefe. E incluso tiene listo
un pergamino para dárselo en el que
ha escrito muchos títulos y nombres.
¿Por qué nuestros dos cónsules y todos los pretores
salieron hoy con sus togas recamadas y rojas?
¿Por qué llevan brazaletes con tantas amatistas
y anillos con brillantes esmeraldas cristalinas?
¿Por qué empuñan hoy bastones preciosos
de oro y plata tan ricamente cincelados?
Porque hoy llegan los bárbaros,
y estas cosas deslumbran a los bárbaros.
¿Por qué los buenos pretores no vienen como siempre
a decir sus discursos, a hablar tal como suelen?
Porque hoy llegan los bárbaros
y a ellos no les gustan retóricas y alocuciones.
¿Por qué ha empezado de improviso esa intranquilidad
y esa confusión? (Los rostros se han tornado todos graves.)
¿Por qué se han vaciado tan de prisa las calles y las plazas
y todos regresan a sus casas tan cabizbajos?
Porque se ha hecho de noche sin que lleguen los bárbaros
y algunos que han venido de la frontera
van diciendo que ya no existen bárbaros.
Y ahora, ¿qué será de nosotros sin bárbaros?
Esta gente eran de algún modo una solución.
(Fuente: El Hombre aproximativo blog)
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