La noche viene cada día a mi ventana
La noche viene cada día a mi ventana. La noche con su seriedad, que promete, como siempre madurez, moderación. Y yo, como corresponde, tengo miedo, como siempre, hasta que encuentro en la cama mis tres corazones y el gato sobre la panza que me habla, como siempre últimamente, de Gianna. Y yo estoy feliz en la oscuridad con los pies que la cantan acostada sola y arropada en su habitación a oscuras con vista a Umbría y a sus flores del paraíso efímeras y únicas, blanco sobre blanco. Doy vueltas toda la noche pensando en su boca apenas entreabierta, y ansío salir a caminar en silencio por la Italia de su mente, extranjero pero no turista por las calles de su niñez.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg Dib

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