martes, 18 de junio de 2019

Andrés Ajens (Chile, 1961)


SON RETORNOS VIVOS, alas,
a la Concepción que emplaza
entrañables araucarias yendo a este otro nacimiento

camino a Jauja, sonrientes — son
desbreña tu venganza
o pasando y repasando, Huamachuco y Huaripampa,
repartido, desazón,
ya la expone, la depone, de tal (Arauco) invadiente.

Como chilenos de Cal-
fucura en Chilihue hay,
el rebrujo de los Andes, y tocayo de este aguayo,
saluda su cicatriz

(un balazo, ojo, me cegó,
te guiña por 1/2 instante)

antes de cruzar el abra corriente hacia la otra muerte.

[Concepción/Huánuco, 13/14 mayo, 19]



DEL ANTISUYO, muña
húmera — te vi volar,

golondrina ante el abismo
sobre el atador solar; antes

el Inca, de Soto, Cieza, los jesuitas
expulsos, Sucre, el brujo
tras las chilenas líneas, Sendero
practicando tiro en el atador y una tuna
jugosa ahí, inmemorial. Sólo más tarde

te oí silbar en el cielo apo-
sentando de Guamanga

el más extraño bello aire quechua
ayacuchano, alto suizo alemán.

[Ayacucho, 7/8.05.19]



YACANA NEGRIBLANCA, a mano
burilada, la súper

masiva palabra vuelta
oscura puntual comarca

llama:

manojo de cumbre lumbre, va-
cante, centaura yanamarca,

camina de cabeza
en medio de la llama.

[Cusco, 19.4.19]




(Fuente: Vallejo & Co.)

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