viernes, 27 de mayo de 2022

Countee Cullen (EEUU, 1903-1946)

 


 

Countee Cullen (1903-1946) fue una de las voces más representativas del Renacimiento de HarlemCullen ingresó a la Universidad de Nueva York después de la secundaria. Casi al mismo tiempo, sus poemas se publicaron en The Crisis, bajo la dirección de W. E. B. Du Bois, y Opportunity, una revista de la National Urban League. Poco después fue publicado en Harper’sCentury Magazine y Poetry. Ganó varios premios por su poema «Ballad of the Brown Girl» y se graduó en la Universidad de Nueva York en 1925. Ese mismo año publicó su primer volumen de versos, Color (Harper & Bros., 1925), y fue admitido a la Universidad de Harvard, donde completó una maestría en inglés. Cullen continuó publicando varias colecciones de poesía más, incluidas On These I Stand: An Anthology of the Best Poems of Countee Cullen (Harper & Bros., 1947) y The Black Christ and Other Poems (GP Putnam’s Sons, 1929),

 

AUN ASÍ ME MARAVILLO

 

No dudo que dios sea benévolo, bien intencionado, amable,
y si bajara a pronunciarse podría decirnos por qué
el topo enterrado continúa ciego,
por qué la carne que lo espeja debe morir,
explicar la razón por la que Tántalo
sigue buscando la fruta incierta, declarar
si un mero capricho de bruto condena a Sísifo
a luchar contra esa escalera sin fin.
Inescrutables son sus modos, e inmunes
al catequismo de una mente demasiado llena
de mezquindades como para captar
qué horrible cerebro compele a su horrible mano.
Aun así me maravilla esta cosa curiosa:
¡hacer a un poeta negro, y pedirle que cante!

 

YET DO I MARVEL

 

I doubt not God is good, well-meaning, kind,
And did He stoop to quibble could tell why
The little buried mole continues blind,
Why flesh that mirrors Him must some day die,
Make plain the reason tortured Tantalus
Is baited by the fickle fruit, declare
If merely brute caprice dooms Sisyphus
To struggle up a never-ending stair.
Inscrutable His ways are, and immune
To catechism by a mind too strewn
With petty cares to slightly understand
What awful brain compels His awful hand.
Yet do I marvel at this curious thing:
To make a poet black, and bid him sing!


Extraído de Concise anthology of American Literature, Nueva York: Macmillan Publishing Company, 1985, p. 1702 | Traducción de Ignacio Oliden 

 

 

(Fuente: Buenos Aires Poetry)

 

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