Tetera con caquis
Cuando por la tarde las fases del silencio
se alargan más que las sombras invernales
adviene la idea de la naturaleza muerta.
Todo en la estancia se hace imagen; el espectador
poco a poco se desvanece tras la puerta abierta.
La luz gatea entre muebles y pavimentos, toca
la tetera, sobre el plato hay unos caquis,
como un fijador vuelve los contornos indelebles.
Escribe un libro de las cosas superfluas.
Los antiguos maestros japoneses pintaban
en el tiempo del nada ocurre el ahora inanimado,
tazas y biombos. Y bastaba.
Fuente: Yo, etc
Traducción: Martín López-Vega
Enlace: La Colmena
(Fuente: El poeta ocasional)
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