miércoles, 23 de junio de 2021

Silvia Cuevas Morales (Santiago de Chile, 9 de junio de 1962)

 

 

MUJER MUTILADA

 

Nos cortaron la cabeza

por ser insumisas.

Las manos, ya que armas

no sabíamos manejar.

Nos extirparon el clítoris

para que no pudiéramos gozar.

La lengua

para no poder denunciar.

A algunas nos quemaron con ácido

por no querer ser propiedad.

Nos cosieron los labios

para que mantuviéramos la virginidad.

Nos dejaron rajarnos hasta el ano

en el famoso parto natural.

Y así nos han ido mutilando poco a poco

¿Y todavía hay algunos que osan decir

que existe la igualdad?

 

 

RAZONES PARA PROTESTAR (extracto)

 

Mientras eliminan centros de acogida

y cierran el Ministerio de Igualdad,

las mujeres siguen siendo asesinadas

por quienes supuestamente “las aman”

y las apalean en la privacidad de su hogar.

 ...

 

A VECES SUCEDE...

 

Que me canso,

me canso del hombre feo y gordo,

con un dedo en la nariz

que me mira insinuante

al creerse que lo miro por su belleza y

no porque sencillamente

tiene el dedo en la nariz.

Me harto de los viejos verdes

que acuden al Rastro, no para mirar el arte

sino para tocar traseros y frotarse contra el pecho

de jóvenes descuidadas.

Hay días que al ver un cura le daría un puntapié

o lo haría bailar salsa con la monja

para que ambos olvidaran el hábito

de ir por el mundo con mentiras.

Y días que le arrancaría los ojos

a aquellos policías que vigilan

pero que no cuidan,

aquéllos que escudriñan con la mirada

al árabe, al negro, al sudaca, al gitano...

Aquéllos prepotentes impotentes

que sueñan con el Viagra.

Pero también a veces sucede que me entristezco

al no ver a mi amigo “loco”, él del metro,

al ver al toxicómano, sentado en su lugar

con la jeringuilla en la mano, y los ojos idos.

Y miro a las ecuatorianas,

con sus niños a cuestas y sus hermosas trenzas

corriendo de los uniformados que intentan confiscar

su único modo de supervivencia.

Y a cada rato tropiezo con una mano extendida,

un cuerpo tirado en medio de la acera...

y me avergüenzo de ser persona

y a veces sucede que me canso

de tener que oír esa palabra

¡EXTRANJERA!

 

***

 

(Fuente: La parada poética)



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