martes, 24 de marzo de 2020

Christophe Manon (Francia, 1971)


Al norte del futuro


(Traducción al español de Mariano Rolando Andrade)


Nuestro cuerpos se volvieron
sintaxis necesitamos descifrar la física
de los sueños ¿nuestra consciencia es algo más
que una banderola de bruma y silencio durante
los grandes brotes de helada un retrato de sangre sobre la nieve
que se derrite a la luz
del día? ¿no somos
criadores de polvo guardianes de una palabra fiel contagiosa y
que prolifera? ¿no tenemos
viva y tenaz la pasión de lo real? inexpugnable
es nuestra fortaleza mucho tiempo
hemos luchado mucho tiempo
hemos permanecido de pie esperando
en el mugido de la masa porosa del tiempo el ruido
que hace y cómo se desata cómo
despliega su ciencia.

*

Armados de una justa cólera llenos
de la visión de las cosas acontecidas no podíamos desviar la mirada
del siglo
bárbaro quemábamos lo imaginario para calentar
lo real pero éste se vengó exigiendo
verdaderas lágrimas y verdadera sangre no teníamos
palabras para decir las palabras que quedan en la garganta imposible
restaurar la sonrisa que nos alumbraba antaño imposible
reencontrar la mano que nos prodigaba caricias a veces
escuchábamos hombres contar y era
como un fuego que calentaba nuestras entrañas el cielo intoxicado
lo llenábamos de materia
negra enviábamos mensajes al corazón del universo pero
nadie oía los sollozos del niño el grito de aquella
que fue violada porque he aquí lo que pasó y dondequiera el silencio
se amplificaba en el corazón del ruido y sin embargo
percibíamos un susurro
más antiguo que nosotros mismos.

*

No éramos nada el espacio había huido
de nuestra zona nosotros ricos de un saber
precario manteníamos registro de datos llevábamos
cicatriz de los acontecimientos grabados en nuestra
memoria solo teníamos que
balbucear balbucear sin cesar para hablar
de nuestro tiempo la lengua había roto en algún lugar
el dique solo quedaban algunas consonantes sedimentos narrativos
limos enjambres de formas superficies
borradas y nosotros ineluctables inauditos buscando en la trama
de los siglos un futuro
posible ahogados devorados en el idioma llevados por el oleaje
arrastrados a la orilla de una
cesura quizás sin
aliento callarse para salir del silencio callarse soportar
la desorientación de la época
decir eso decir
la ceguera siempre parecida articular en un balbuceo qué nombres
qué palabras para qué muertos y nombrar qué
desastre un naufragio una farsa
quizás.

*

Vestidos de bruma íbamos
por la noche en busca de aquello que fue
robado la tierra vacilaba el universo no era más
que un vasto osario la salud estaba cercada por la locura resonaba
la prostitución triunfaba
la opresión de todos por todos los edificios
se desplomaban con estruendo de sus escombros surgía
la historia con una gran hache el terror no cesaba
de crecer revistiendo cada vez un pasamontañas diferente o bien
abría fuego a cara descubierta así
conociendo la fragilidad de la especie intentábamos
abrir una brecha en el presente y en el abatimiento escuchábamos
aquellos que hablan desde las profundidades
de su vacío como si
insultando las esferas vaciásemos
las tinieblas.

*

Hemos soñado con apoderarnos
de nuestro destino y ese sueño terminó
contra el muro de un cementerio hemos soñado
con una estrella roja al Este que se transformó
en muro y se derrumbó hemos soñado
con castillos en España y aquello fue una fosa
común donde fueron arrojados cuerpos por millares hemos soñado
con una larga marcha y esta marcha se terminó en una represa
hidráulica ahora
hemos aprendido a estimar a nuestros semejantes y edificamos
moradas de sangre y hueso e inmortales
por tantos muertos proyectamos
la dicha hacia adelante
de nosotros mismos.





(Fuente: Revista Altazor)


No hay comentarios:

Publicar un comentario