jueves, 13 de septiembre de 2018

Luis Verdejo (México, 1967)


    
Parábola del sordo
 

no somos gente poética –dijeron-
y comenzaron la danza de las figuras geométricas poblando lo despoblado
                                                del baldío lleno de cascos de botellas blancas
                                                al sol verde brillantes como hojas de palmeras chatas

no somos Homeros ni Dantes –continuaron el diálogo- a lo más Homeros Pérez
Dantes Sánchez/ Catulos Arándanos del barrio de Tizapán después del temblor

provincianos eso sí que son –espetaron con sorna
y cruzaron los dedos como concha
se voltearon a mirar la marea baja del puerto
como si les hablara un pescador sacando pulpos chorreando vivos para el caldo

¿quiénes hablaron así estas cosas aleccionadoras bonitas?

los monos los changuitos culo rosa columpiándose en los postes de luz
-dijo el primero-
los estoy viendo ahoritita

el tiempo es lento
el ritmo es rápido o al revés
-dijo el profesor-
quien escuchaba al sordo que está gordo
o al revés
ese es el campeón levantó las manos después del cuadrilátero
¡qué difícil!





                                                    Parábola del ciego rulfiano



-haz por ver
dijo el viejo terco zambo zumbón
-no se ve nada
dijo el hijo zonzo acribillado por machete con las manos secas ya surco
                   y se internó el papá en un terreno ácido espinoso lleno de luz
                  de luna de octubre de esas que hacen ruborizar a los sapos

después todo se nubló espeso
se llenó de perros ladrándole a un gallo a un martillo chiquito a un caballo bayo

no se abotagaron ni se toparon con tigres caudalosos
padre e hijo estaban como quien dice drogados de desierto

todo fue pasto verde geométrico avanzando
pirámide
greca





                                   Parábola de la multiplicación de las semillas

 

esas semillas piedras
            tributarias protestas muchas como en Hamlet
como en ciudades vueltas de costado
son muchos números muertos en la mesa de pintar en la maraña
                      -difícil descifrar tanto hueso inimaginable real-
mundos metálicos multiplicados contados divididos
                     -perdemos algo al no creer en el hurto a la vista en tanto dato
en la ciencia incierta de los insectos arañas geométricas aplanadas por esto lo otro
                    -se está secando la masa la grasa el proyectil rompiendo la pared
esto entre paréntesis- dijeron con convicción: colaboramos para el bienestar de nuestro país en este momento crítico- decían todos los bandos
y otros atajaron
                              sin levantar la mano ni pedir permiso
como alumnos desobedientes:
no se sabe más si escribimos sin gritos energúmenos
                       o dentro de la mezcla
la épica del horror


 


                                              Parábola de la piedra surcando el aire


 

tributo no es regalo
                inaudible     tartamudez
         tributamos terrones
         -o guijarros      piedras filosas
posibles materias parabólicas
            sin nostalgia     juego de niños
            sangre sobre el pasto verdísimo verano

se horrorizarían nuestros maestros con esta situación:
      ninguna confidencia

¿es Venus aquella que sale se esconde?

ni siquiera aprendiste las medidas de las lunas

¿y por qué tanta armonía cuando ves solo las nubes rechonchas como un cuadro?
¿no hay más que tensión en estos alimentos sexuales?
¿para qué así el pan?

este es tu territorio concreto: estás en semisueño:
no disuelvas tu voz en despreciar el caos

las nubes ahora rosa-anaranjadas sobre azul clarito
se vuelven sombras después luz:
la joya el sortilegio momentáneo

rechaza en ti lo que sabes:
hechiza


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