jueves, 27 de septiembre de 2018

Gabriela Vargas Aguirre (Ecuador)

 

Se ha hecho costumbre beber de todo vaso disponible




Se ha hecho costumbre beber de todo vaso disponible,
pararse al espejo y tomar el primero del día,
Aferrarse a un muñeco fabricado con polvo,
con el que te sientes seguro, como si al tenerlo
obtuvieras las llaves para cerrar todas las puertas y no tener que salir.

Preparar otro, les digo, se ha vuelto costumbre
y hoy no usaré agua fría por si me quemo la garganta
cuando el vaso se llene de fuego.
Entonces dejaré el alcohol arder, me dejaré llevar
y el muñeco de polvo dibujará en mi brazo una línea irregular
me dejaré llevar, también querré un cigarro relleno de retazos,
las sobras de un velo azul, que se ha quedado en un descuido de mi madre.

Al quemar los hilos, se liberan, la liberan,
Entonces es ella llegando, la invito a pasar,
la miro llegando: camina muy lento hasta los perros.
Entonces por primera vez la invito conmigo a beber,
a cantar canciones viejas, a beber arrimadas al espejo.

Mi madre nos dejó como herencia cerca de mil vasos disponibles,
y con cada uno he matado a alguien distinto,
porque una herida es ninguna y para mí han de ser todas las balas.

Mi madre tendrá el único vaso que no se ha encendido,
el único vaso en el que no ha muerto alguno de mis peces
ahogándose en mis sueños etílicos.
Mi madre tendrá ese único vaso,
se sentará conmigo y no hablaremos nunca más del pasado.

Se ha hecho costumbre beber de todo vaso disponible.
Entonces , decir su nombre, dolerá mucho menos.
Entonces, tomaremos algo para herirnos,
y abrazarnos mientras nos hierve la lengua.



(Fuente: El Hombre aproximativo blog)

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