jueves, 10 de marzo de 2022

Leopoldo María Panero (España, 1948 - 2014)

 

V

 

Y era peor la vida
Era peor el azote del silencio
Fustigando la hiedra en donde yace
Un hombre maldiciendo el silencio
En el que va a morir toda palabra
Y solo brilla para el silencio
Mi único defensor, mi única esposa.

 

 

VII

 

Nunca supe lo que el cielo era
Lo dije en otra ocasión, cuando llovía
Sobre mi mano
Y la saliva esculpía mi autorretrato
Y había una mujer hecha de ceniza
Y la ceniza era una mujer.

 

 

XVI

 

Una serpiente se enrosca en mi cuello
Y susurra en vano palabras al viento
Que todo lo borra
Que borra mi mano y mi pie
Y mi cabeza
Para que el mundo sea solo señorío
Del viento
Y rey de la ruina.

 

 

XXXVI

 

No se terminará nunca la playa
Con este desierto que recorre
Mis dos piernas como un péndulo
Y un perro lame las costras de la vida
Y un cadáver abre la boca
Y le dice a Dios: no existiré
Estaré siempre atado a mi sombra y la muerte
Como María Magdalena
Besará mis pies.

 

 

XXXVIII

 

Para qué escribir cuando todo está escrito
Solo quedan manierismos como el Laocoonte de los Monos
La absenta del suplicio, el río enorme y pardo
La cerveza del sacrificio de los hombres que odian a Dios
He aquí que vendrá el diablo a vengarse del frío
De los hombres que dicen amar y que me señalan
Con el dedo, como si yo existiera, como si hubiera existido
alguna vez
Porque yo soy Dios y la vida es hambre de la nada
Hambre del ser que corroe los gusanos
Que nadan sobre mi piel
¡Oh tú flor terrible a la que llaman vida
Que codicia aún mi piel!
Y me llama gusano y la poesía es una mantis religiosa
Que nunca morirá, porque está sobre el papel
Sobre el papel de hiel
Que amamanta al hombre
Como una madre a un niño.

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 La mentira es una flor. Editorial: Huerga y Fierro. 

 

(Fuente: Zenda Libros)

 

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