viernes, 11 de marzo de 2022

António Gedeão (Lisboa, Portugal, 1906 - 1997)

 



 

Poema de la tierra abonada




Por detrás de los árboles no se esconden faunos, no.
Por detrás de los árboles se esconden los soldados
con granadas de mano.

Los árboles son bellos con los troncos dorados.
Son buenos y anchos para esconder soldados.

No es el viento el que rumorea en las hojas,
no es el viento, no.
Son los cuerpos de los soldados arrastrándose por el suelo.

El brillo súbito no es el del limbo de las hojas verdes relucientes.
Es de las láminas de los cuchillos que los soldados aprietan entre los dientes.

Las vivas flores rojas no son amapolas, no.
Es la sangre de los soldados la que está vertida en el suelo.

No son avispas, ni abejorros, ni pájaros silbando.
Son los silbidos de las balas cortando el espesor del aire.

Después los labradores
rasgarán la tierra con la lámina aguda de los arados,
y la tierra dará vino y pan y flores
abonará con los cuerpos de los soldados.

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Poema da terra adubada



Por detrás das árvores não se escondem faunos, não.
Por detrás das árvores escondem-se os soldados
com granadas de mão.

As árvores são belas com os troncos dourados.
São boas e largas para esconder soldados.

Não é o vento que rumoreja nas folhas,
não é o vento, não.
São os corpos dos soldados rastejando no chão.

O brilho súbito não é do limbo das folhas verdes reluzentes.
É das lâminas das facas que os soldados apertam entre os dentes.

As rubras flores vermelhas não são papoilas, não.
É o sangue dos soldados que está vertido no chão.

Não são vespas, nem besoiros, nem pássaros a assobiar.
São os silvos das balas cortando a espessura do ar.

Depois os lavradores
rasgarão a terra com a lâmina aguda dos arados,
e a terra dará vinho e pão e flores
adubada com os corpos dos soldados.
 
 
 
 Trad. Raquel Madrigal Martínez
 
 
(Fuente: La comparecencia infinita)


 

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