jueves, 31 de enero de 2019

Gabriel Celaya (España, 1911-1991)




A solas soy alguien. En la calle, nadie.
A solas medito, siento que me crezco. Le hablo a Dios.
Responde cóncavo el silencio. Pero aguanta siempre, firme
frente al hueco, este su seguro servidor sin miedo.
A solas soy alguien, valgo lo que valgo. En la calle, nadie
vale lo que vale. En la calle reinan timbres, truenos,
trenes de anuncios y focos, de absurdos papeles. Pasan
gabardinas pasan hombres "ene". Todos son hombres como uno,
pobres diablos: gente. En la calle, nadie vale lo que vale,
pero a solas, todos resultamos alguien. A solas existo, a solas
me siento, a solas parezco rico de secretos. En la calle, todos
me hacen más pequeño y al sumarme a ellos, la suma da cero.
A solas soy alguien, valgo lo que valgo. En la calle, nadie vale
lo que vale. A solas soy alguien, entiendo a los otros. Lo que existe
fuera, dentro de mi doblo. En la calle, todos nos sentimos solos,
nos sentimos nadie, nos sentimos locos. A solas soy alguien.
En la calle, nadie.

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