UN POEMA DE NO VINE A HACERME LA INOCENTE
En la última guerra no hubo concesiones:
los soldados fueron arrasados
y las trincheras desaparecieron bajo las balas
y el sinsentido.
La esperanza fue asesinada sin derecho
a una palabra de despedida
mientras todos volteamos el rostro.
No hubo jinetes ni artilleros victoriosos,
no hubo nada que celebrar.
En la última guerra éramos desconocidos
sin patria y sin fe.
Abandonamos los campos de batalla
sin más gloria que haber sobrevivido.
Traicionamos todo lo traicionable.
Nadie nos esperaba en casa:
no había casas adonde regresar.
En la última de nuestras guerras estábamos
en bandos contrarios,
equivocados.
No supimos desertar a tiempo para salvarnos.
La última batalla está por comenzar.
No traes las respuestas que busco
ni las armas que usaré en el combate.
Mi cuerpo es yelmo, espada, falacia.
No seré heroína ni mártir.
Colgaré las armaduras tras la puerta
y esperaré la paz que te has de llevar.
Damaris Puñales Alpízar
No vine a hacerme la inocente
Ediciones Liliputienses
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
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