UN POEMA DE LOS AUGURIOS SE RECHAZAN
TODAS LAS COSAS SUENAN en esta habitación
[amortiguadas:
el segundero de un reloj analógico, el rumor
de los pájaros que vienen a anidar esta
[estación,
tardíamente
estoy aquí, sentada en una mesa, sumergida
en el tiempo y su paisaje,
con los ojos clavados en los brotes que asoman
[en las ramas
qué lejanos los árboles, qué inédita
la primavera del país extranjero
me reclamo, mis labios
acusan la impaciencia por acabar un ciclo,
como un fruto cansado
de su maduración
espero la mano que por fin me coseche,
me desprenda
espero con mi mano una mano benigna,
un resguardo con el que rebatir
la violencia de los signos,
que por dentro corroen
mi temporalidad
adormecida manzana que se ablanda,
que se endulza en su árbol
si acaso se pudiera,
desde la posición de algún lenguaje,
socavar la gramática que impone su violencia,
[encontrar
de la lengua sus delicadezas,
acariciarla,
pronominal y originaria como un mito
acogerse al impulso de la respiración,
oral,
aliento inofensivo y sin insulto
si yo pudiera, desde mi posición
gramatical y efímera,
cerrar los ojos, abandonarme
al aire desprendido
de una declaración
Claudia González Caparrós
Los augurios se rechazan
La Bella Varsovia
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
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