No quiero tener nada que ver con el castigo
No quiero tener nada que ver con el castigo. No es que no viera lo que hiciste. Lo vi, y sentí los moretones en las muñecas como si fuesen mías. Pero no quiero tener nada que ver con eso, con ser el que cuenta, empuña, mide, con administrar las horas, el garrote y la jaula. Fumo sentado en la mesa de la cocina.
Te conozco más que al juez.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg
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