la mancha en ese vidrio me dice que allí se estrelló un pájaro
como una publicidad tenebrosa
confió su destino a un aire impermeable y dejó
los creadores del vidrio no imaginaron matar a tantos pájaros
pero nos educan en la fe de esos límites perversos
cuando atardece en la ciudad y la contemplación agita
una tristeza que nos imita
vengan hermanos compañeros sombras de esta vida
miremos esa mancha
estamos vestidos con el mismo desierto
somos ese pájaro
el cuerpo cae y el alma deja su sed pegada al vidrio
solo el corazón que sabe
que no hay escritura sin mentira
conservará
como una única verdad
el Estampido.
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