Rompevientos.
Rompevientos.
Porque yo que creí en la felicidad
Habré vuelto a ver de nuevo las irrefutables estrellas.
Zurita
te hablaría de mi vecina
correteando por el parque
dando saltitos con su padre;
dos estrellas encendidas en medio de ladridos
y música de departamentos.
¿Querías escuchar una fábula? Es así: todo terminó
la claridad es una flor abierta en tu mente
en tu futuro y ya se seca así.
No sé quién hizo con las hojas una fogata
la tristeza es una llama que no deja de crecer
la tierra moviéndose
y en su recorrido desde lejos
la hojita ardiendo te saluda:
“Hola fantasmita de la alegría,
hola pajarito miedoso,
hola reparito de la oscuridad”
Es el corazón lo que se desvanece
y es terrible nombrar las formas de la luz
digo, yo estoy ardiendo.
¿Vas a acompañar a un animal invisible
quemado por el hielo,
imantado por la única luz que nos queda
o vas a irte flameando en la hoja
que alguien quemó como si un ángel venido
del fondo de la mente fuera a salvarte?
¿Me desvaneci? ¿Dónde estás?
¿Dónde estaba? Al final me volveré más brillante
y vos y el universo por eso ya todo
se tornará luminoso
como ese día en que la luna brillaba
y era verano
y los días quedaron consumidos
en un círculo de fuego irreconocible
parecido a una llamarada
cuando en el fondo éramos nosotros.-
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