NI EL TIEMPO NOS DETIENE
¡Vengan palabras!
Entremos a la casa,
al fondo, a la derecha
desbaratemos el oscuro altillo
donde niñea el llanto,
del otro lado de las promesas,
de las escondidas y las manchas.
Entremos con dulzura,
con escándalo,
con descaro
y con deseo.
Desprendamos con dedos de amor
esos recuerdos;
y soñemos unas hamacas
que lleguen hasta el cielo
con pies, piernas y cuerpo en vuelo.
Vamos palabras,
entremos a escribir.
¡Saltemos las ventanas!
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