LA SATÁNICA
LA SATÁNICA
¡Oh, mi linda embrujada de diabólicos males, mordida por el fuego de extraños pensamientos, me diste en noches ebrias de locuras sensuales a beber
en el filtro de tus encantamientos!
Sabia en la quiromancia de ritos infernales, en el mortero infame de tu loco ardimiento, sofocabas mis dudas.
Y eran tus saturnales alaridos de fiera sobre un largo lamento.
Cuántas noches, abierta la voluptuosa boca, me mirabas, tendida sobre un sofá de raso como una vampiresa, desmelenada y loca, pensamientos, me diste en noches ebrias de locuras sensuales a beber en el filtro de tus encantamientos!
Sabia en la quiromancia de ritos infernales, en el mortero infame de tu loco ardimiento, sofocabas mis dudas. Y eran tus saturnales alaridos de fiera sobre un largo lamento.
Cuántas noches, abierta la voluptuosa boca, me mirabas, tendida sobre un sofá de raso como una vampiresa, desmelenada y loca,
al ver que aun quedaban en mis labios marchitos sangre, que chuparías como el licor de un vaso, con los ojos cerrados, entre espasmos y gritos!
(Fuente: Marcelo Sepúlveda Ríos)
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