POR QUÉ ELLA DICE NO
Dos amigos al final del verano.
En el sendero, los pájaros se apresuran.
Mientras él habla,
como si estuviera cubierto de una lanilla plumosa.
Con cuánta generosidad las válvulas del corazón
permanecen abiertas para que pase la sangre.
Cómo el cuerpo de ella empieza a abrirse también.
En la linde del bosque, dejan atrás
varas de oro y altramuces, las hierbas altas y delgadas
flexibles como barbas de ballena
cuando conducen al ávido pez hacia el interior.
Ella no es la boca, pienses lo que pienses
y aun cuando desea
esta cercanía, su fértil transfusión.
El deseo es la boca, el corazón que manipula,
el ala. Por encima de ella,
las ramas de los pinos, sus púas que se expanden
cubriendo la suave vegetación.
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en "The Forces of Plenty", W. W. Norton, Nueva York, 1983. Versión de Jonio González. En la imagen, Ellen Bryant Voigt (Chatham, EE. UU., 1943 / The Rumpus)
WHY SHE SAYS NO
Two friends at the close of summer.
On the path, the birds quicken.
While he talks,
he strokes her arm in one direction
as if it had a nap of feathers.
How handsomely the heart's valves
lie open for the bloodrush.
How her body also begins to open.
At the edge of the woods, they pass
goldenrod and lupine, the tall thin weeds
supple as a whale's teeth
conducting the avid fish to the interior.
She is not the mouth, whatever you think
and even though she craves
this closeness, its rich transfusion.
Desire is the mouth, the manipulating heart,
the wing. Above her,
the branches of the pines, their quilled expanse
blanketing the subtler vegetation.
(Fuente: Jonio González)
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