Vendrá la muerte y tendrá tus ojos –
esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
o un vicio absurdo. Tus ojos
serán una vana palabra,
un grito callado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola te inclinas
ante el espejo. Oh esperanza,
ese día también nosotros sabremos
que eres la vida y eres la nada.
Para todos la muerte tiene una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
-esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un vicio absurdo-. Tus ojos
serán una vana palabra,
un grito acallado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola sobre ti misma te inclinas
en el espejo. Oh querida esperanza,
también ese día sabremos nosotros
que eres la vida y eres la nada.
Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como abandonar un vicio,
como contemplar en el espejo
el resurgir de un rostro muerto,
como escuchar unos labios cerrados.
Mudos, descenderemos en el remolino.
(22 marzo 1950)
Traducción de Carles José i Solsora
(Fuente: Rolo Martínez)
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