De la mano
No voy a ser el poeta de un mundo caduco.
Tampoco voy a cantar al mundo futuro.
Estoy preso en la vida y miro a mis compañeros.
Están melancólicos pero alimentan grandes esperanzas.
Entre ellos, contemplo la enorme realidad.
El presente es tan grande, no nos alejemos.
No nos alejemos mucho, vamos de la mano.
No voy a ser el cantor de una mujer, de una historia,
no voy a decir los suspiros al anochecer, el paisaje visto por la ventana,
no voy a repartir estupefacientes ni cartas de suicida,
no voy a huir a las islas ni voy a ser raptado por serafines.
El tiempo es mi materia, el tiempo presente, los hombres
presentes, la vida presente.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg
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