jueves, 11 de octubre de 2018

James Joyce


Oración


¡Otra vez!
¡Ven, dame, ríndeme toda tu fortaleza!
Desde lejos una débil voz exhala, sobre el entendimiento que se quiebra,
Su cruel serenidad, la desgracia de la sumisión,
Mitigando su pavor como si fuera predestinada a un alma.
¡Desiste, sigiloso amor! ¡Mi sino!

Ciégame con tu oscura cercanía, ¡Oh ten compasión, amado enemigo de mi voluntad!
No oso soportar el gélido contacto que me horroriza.
¡No ceses de arrebatarme
Mi lánguida existencia! Inclínate más sobre mí, cabeza amenazante,
Ufano de mi ruina, recordando, apiadándote
De quién es, de quién fue.
¡Otra vez!
Juntos, envueltos por la noche, yacían sobre la tierra.
Yo escucho en la distancia su débil voz exhalando sobre mi entendimiento que se quiebra
¡Ven! Me doblego. Inclínate más sobre mí. Aquí estoy.
¡Subyugador, no me abandones!
¡Tan sólo júbilo, tan sólo angustia!
¡Tómame, sálvame, consuélame, oh perdóname!






(Fuente: Biblioteca Ignoria)

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