lunes, 3 de marzo de 2025

Mahmud Darwix (Palestina, 1941 - EEUU, 2008)

 

DE  LA HUELLA DE LA MARIPOSA

 






LARGA ES LA NOCHE DE IRAQ


A Saadi Youssef


IRAQ, Iraq es sangre que el sol no seca,

y sobre Iraq el sol es la viuda de Dios. El iraquí

asesinado dice a los que están en el puente: Buenos

días, sigo vivo. Ellos dicen: Sigues siendo

un muerto en busca de su tumba entre los zureos.


Iraq, Iraq… larga es la noche de Iraq.

El alba sólo rompe por los muertos que rezan media oración

y no completan su saludo… Pues los mogoles

salen de la puerta del palacio del califa en el recodo del río,

y el río corre al Sur, al Sur, se lleva nuestros muertos

que velan por los parientes de las palmeras.


Iraq, Iraq, cementerios abiertos como escuelas,

abiertos a todos, turcomanos, armenios,

árabes. Todos somos iguales en la clase de ciencias

de la resurrección. Urge un poeta que pregunte:

¿Cuántas veces, Bagdad, vas a decepcionar a las leyendas?

¿Cuántas

vas a levantar estatuas para la eternidad? ¿Cuántas

pedirás en matrimonio lo imposible?


Iraq, Iraq… Aquí embarrancan los profetas, aquí

incapaces de hablar en nombre del cielo. ¿Por quién

se mata a quién hoy en Iraq? Las víctimas son esquirlas

en las carreteras y en las palabras. Sus nombres son retazos

de letras mutiladas como sus cuerpos. Aquí

embarrancan los profetas, incapaces de hablar en nombre

del cielo y del asesinado.


Iraq, Iraq, ¿quién eres en presencia del suicidio?

Yo no soy yo en Iraq. Tú no eres tú. Y qué es

él sino otro. La divinidad ha abandonado a los perplejos.

¿Quién somos, quién? No somos sino un enunciado

en el poema:

Larga es la noche de Iraq, larga.




Mahmud Darwix

La huella de la mariposa


Traducción de Luz Gómez García


Editorial Pre-Textos

 

(Fuente: Papeles de Pablo Müller)

 

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