sábado, 1 de marzo de 2025

Javier Adúriz ( Buenos Aires, 1948 – 2011 )

 Javier Adúriz - El nadador

 

Madre patria

 

En el fondo de casa tengo a mamá partida a machetazos.
Vuelve la pobre, no se conforma y me obsede
cada año bisiesto. Los febrero 29, por ejemplo,
la saco de la bolsa, y la llevo a pasear
por lo cerrado de la noche. Después procedo.
No es agradable, es cierto, salir a la avenida olfateando
muerte. Y más, con mamá en los brazos. Me basta
con cerrar los ojos para verla un poco despeinada
hablando de la carestía de la vida. Como si la vida
fuera barata o cara. Qué se yo. Cosas de mamá.
Me encanta, eso sí, cuando nos sentamos a tomar la leche.
Si cae en viernes, me la llevo lejos a almorzar
y me la como con furia. Somos gente de carácter.
Quien más quien menos, en la familia, tiene
algo de ayunador o de caníbal. Estilo que le dicen.
De las pesadillas, mire, prefiero no hablar. Son un cine.
Un espectáculo asombroso, horrible sí y con finales
bruscos. Pero las guardo conmigo: es lo único
que sigue, cuando la miseria aprieta y no hay amigos
o la cana llega, como usted, diciendo no se sabe qué…
Ahora la encuentro en las palabras. Ahí la llevo por partes
en esta forma de lenguaje, un poco enajenado tal vez,
pero tan querible, tan íntimo, que no sabría decirle
si lo prefiero decididamente a mamá. Es más callado,
menos inquietante y no depende de los años bisiestos.

 

 

(Fuente: Presente Griego Revista de poesía)

 

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