URDIMBRE
de la inmortalidad soñada
sostienen algunos,
pero el contacto con lo definitivo
ridiculiza cualquier pretensión o estupor:
la servidumbre del obstáculo
nos persuade de que depende de nosotros
cuándo salvarnos del fuego y el destierro
que somos nosotros
quienes damos forma al mundo
olvidando que por delante
sólo tenemos creencias
que hacemos pasar por pruebas
argumentos tan endebles como el pregonar
—susurrando o a gritos
mediante el sacrificio o el miedo—
cuál será el pago que merecemos
por el pretendido incumplimiento
(Fuente: Daniel Rafalovich)
No hay comentarios:
Publicar un comentario