DE PROFUNDIS
DE PROFUNDIS
Hay un campo de rastrojos, cae en él la lluvia negra.
Hay un árbol castaño que está solo.
Qué triste es esta tarde.
Delante de la granja
la dulce huérfana aún recoge las escasas espigas.
Sus ojos muy abiertos y dorados pacen en el crepúsculo
y su seno aguarda al novio de los cielos.
De regreso al hogar
los pastores toparon con el dulce cuerpo
podrido en la zarza.
Soy una sombra, lejos de poblados oscuros.
De Dios bebí el silencio
en la fuente del bosque.
Un metal frío aparece en mi frente.
Mi corazón lo buscan las arañas.
Hay una luz que se apaga en mi boca.
De noche me encontré en un matorral,
erizado de escoria y de polvo de estrellas.
En las avellanas
sonaron de nuevo ángeles cristalinos.
[de Poemas, 1913]
(Fuente: Laura Giordani)
No hay comentarios:
Publicar un comentario