PAPA PUÑOS DE DINAMITA
Todos
los paraguayos odian a Papá.
Porque
ese hombre es un demonio.
Porque
cuando suena la cumbia nadie
la
baila como él.
Porque
papá se cojió a la más linda
de
Samber Club,
cuando
todos los paraguayos bailaban
cachaca
mexicana.
Ahora
la luna apenas entra por los
reservados,
una mesita con un vaso
de
Gancia a medio terminar...
Papá
ha muerto a manos de la colectividad
paraguaya.
Y
de nada le sirvieron sus puños
de
dinamita, su fama de secuestrador
de
colectiveros...
Y
la paraguaya que papá se cojió
en
el Samber Club, la que se hacía trincar
con
todo aquel que no fuera paraguayo,
baila
en el escenario.
La
luna, afuera, ilumina la Estación
Constitución.
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