El poema continuo,
la escritura continua,
el texto que nunca se termina
y nunca se interrumpe,
el texto equivalente a ser.
La vida se convierte
en una forma de escritura
y cada cosa es una letra,
un signo de puntuación,
la inflexión de una frase.
Inaugural metabolismo
de una filología
que ha descubierto un nuevo verbo:
el verbo siempre.
La poesía se escribe siempre,
vivir se vive siempre,
algo despierta siempre:
poema-siempre.
El ser es escritura.
Y una palabra es suficiente
para toda la acción:
siempre.
El otro verbo,
nunca,
es tan sólo su sombra.
(Undécima poesía vertical, 1988)
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