ANTONIN ARTAUD Y LOS CUERVOS DE VAN GOGH
ANTONIN ARTAUD Y LOS CUERVOS DE VAN GOGH
...En las olas violáceas del cielo, dos o tres cabezas de ancianos de humo arriesgan una mueca de apocalipsis, pero allí están los cuervos de Van Gogh, que los incitan a más decencia, quiero decir a menos espiritualidad,
y eso quiso decir el mismo Van Gogh con este cuadro de cielo rebajado, pintado como en el preciso instante en que se liberaba de la existencia, pues esta tela tiene un extraño color, casi pomposo, por otra parte, de nacimiento, de boda, de partida,
oigo las alas de los cuervos llamar con fuertes golpes de címbalo por encima de una tierra de la cual parece que Van Gogh no podrá refrenar más la marea.
Luego, la muerte.
Los olivares de Saint-Rémy.
El ciprés solar.
El dormitorio.
La recolección de las olivas.
Los Aliscampos.
El café de Arles.
El puente donde se tienen deseos de hundir el dedo en el agua, en un movimiento de regresión violenta a un estado de infancia al que obliga la fuerza prodigiosa de Van Gogh.
El agua es azul,
no de un azul de agua,
sino de un azul de pintura líquida.
El loco suicidado ha pasado por allí y ha devuelto el agua de la pintura a la naturaleza,
pero a él, ¿quién se la devolverá?
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en Antonin Artaud, “Textos”, Aquarius, Buenos Aires, 1971. Trad. de Alejandra Pizarnik y Antonio López Crespo. Véase también "Van Gogh el suicidado por la sociedad", Argonauta, Buenos Aires, 1971. Prólogo y trad. de Aldo Pellegrini.
En la imagen: "Trigal con cuervos", Vincent Van Gogh, 1890 (detalle) y Antonin Artaud (Marsella, Francia, 1896-Ivry-sur-Seine, Francia, 1948) por Man Ray, 1926 (Centre Georges Pompidou).
(Fuente: Jonio González)
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