Sobre un día, en el mundo
Teníamos un pesar que no entendíamos, de pie en lo alto de unas colinas bajas con matorrales como si los humanos sobráramos o hubiéramos desaparecido;–– ¿qué había en nosotros antes? una vida que exige más que nada desear la libertad para llevar las cosas a su término y así sentirnos menos indefensos ante el fin de las cosas a solas–; cuando pienso en el tiempo acá en la tierra, siento el ángulo de los minutos grises que penetran los días medianos pero aún no acumulados: nuestra tarea conjunta: grupos, la carga voluntaria de una antigua creencia, & más allá de ellos, el amor como el de una gran vida que transcurre como criaturas veloces quitándoles la cáscara a semillas marcadas, integumentos marrón dorado del color que tendrá el tiempo cuando hayamos desaparecido.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg
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