QUE NO CALLE EL POEMA VI
La poesía
hace potable
el agua envenenada
Chantal Maillard
una dictadura es un sistema enfermo
y todo el que se opone a ella está perfectamente sano
Herta Müller
Las alas solo son libertad cuando están abiertas en pleno vuelo.
Plegadas en la espalda son una carga.
Marina Tsvetáyeva
POEMA PARA SER HERIDO
Si algún poema cuelga de mis vísceras
Será porque la bestia desata la ira oculta
Que habrá de macerar el tiempo cuajado entre las venas.
Desde la calle donde mueren los días
Donde cae un cuerpo y se levanta una sombra
Una bandera ondea su lenguaje el eco de una mano estrangulada.
Cuántas veces no hemos caído heridos sometidos por el filo de la cólera
Cuántas veces hemos sido árboles votivos frente al hacha
Cuántas veces alma rota por la fuerza de un trueno
Por el fuego de un disparo
O por la calumnia de un grito.
Hemos sido metáforas y sombras destrozos personales
Rasguños y huesos designados por la incuria:
Habremos de pedir permiso para destilar la sangre
La paz asida al firmamento la libertad sobre los hombros
El tiempo revelado en un aluvión en una tempestad
Bajo los párpados.
Si algún poema se desnuda en plena calle
No quedará fórmula posible para anclar el mar en nuestra muerte:
Han corrido las décadas y andamos de manos sobre asfalto ardiente
Mientras los ojos orwellianos nos espían
Desde una pared con el rostro desvaído del silencio.
Ya hemos arribado al puerto donde el rojo es un simulacro
Y así el cielo abierto en su carne invisible
Adjetiva las horas
Borra las heridas sutura la angustia y colma con su fuerza
Todo el olvido que el poema recuerda.
(Fuente: La Parada Poética)
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