lunes, 30 de septiembre de 2024

Delmore Schwartz (Brooklyn, 1913-Nueva York, 1966)

 

dos poemas










El conocimiento del verano



El conocimiento del verano no es la veracidad del invierno,
ni la del otoño, ni su fruición, visión o reconocimiento:
no es la gracia de mayo, joven y echando hojas verdes,
radiante con sus hojas blancas,
no es la astucia ni el conocimiento del dorado otoño
ni la oscura madurez del viñedo,
tampoco es la atormentada, empapada y lluviosa ciencia del nacimiento,
abril, o sus dolores de parto,
ni la ciencia en las convulsiones del útero, o en las enmarañadas arterias
rotas y abiertas, raíces que se abren paso desde la oscura marga:
la agonía de la primera muestra de dolor es peor que la muerte,
o peor que pensar en ella:
sin amapolas, sin preparativos, sin iniciación o ilusión,
solo el comienzo, tan lejos de todo conocimiento o cualquier conclusión,
de toda indecisión o cualquier apariencia.
El conocimiento del verano es verde, campestre,
es la sabiduría de crecer y el reconocimiento flexible
de la plenitud, corpulencia y redondez de la madurez,
es la inteligencia del ave y la erudición que los árboles adquieren
cuando la savia asciende hasta la hoja, hasta la flor, hasta el fruto,
esos que la raíz nunca ve y que se imagina en la oscuridad
y en la ignorancia de la sabiduría invernal.
-La sabiduría de la fruta no es la misma que posee la raíz
en sus indómitas tinieblas de ambición, ese estado de fe más allá de concebir
una experiencia o la satisfacción que ofrece la fruición.
El conocimiento del verano no es una imagen del saber
tampoco es el conocimiento de la tradición o el aprendizaje.
No es la sabiduría adquirida en las altas serranías,
no es la imagen del jardín, de manantiales ocultos
en las lejanas montañas.
No es la mirada fija en un marco de oro,
no son las deliberadas y atesoradas frases de los sentimientos;
es la inteligencia del gato, del ciervo, del consumado follaje,
la flor de nieve y la fruta redonda.
Es lo que sabe el fénix de la vid y la uva al final del verano,
cuando la uva se hincha y la manzana enrojece:
es la ciencia de la manzana madura, avanzando hacia la plenitud
de ese momento en que cae en la podredumbre y muerte.
Pues el conocimiento del verano es tanto el de la muerte como el del nacimiento,
es tanto el de la muerte como el del suelo
de toda esa abundante, floreciente llama del renacimiento.
Es el conocimiento de la veracidad del amor y la del crecimiento:
el conocimiento antes y después del conocimiento:
pues, en cierta forma, el conocimiento del verano no es absoluto:
es instintivo, la naturaleza consumada, un nuevo nacimiento
una nueva muerte para renacer, inmensamente surgir de las llamas
del cambiante octubre, del ardiente noviembre,
las imponentes y decadentes llamas
creciendo cada vez más vívidas y altas
en el consumo y aniquilación del fuego otoñal.

~

Cuando observas tras la ventana acuarela



Cuando observas vanamente desde la ventana acuarela
todo y nada están allí, y es muy claro, sin exagerar.
También es clara la pulcra impresión  de un verdadero libro
marchando tal si fuera a una auténtica conclusión,
a cosechar del ilimitado, inmenso azul del cielo
la noche de los vivos y el día de los muertos.
 
Conduzco toda una noche
hacia la manzana que ha cosido la luz del sol.
Mi simple yo no es más que un discurso
suplicando el desbordamiento de esa enorme taza,
mi  oscurecido cuerpo, la mente quieta como un friso.
El resto son solo conceptos tan complejos como una enfermedad.

***

Versiones de Allain Pallais
Círculo de Poesía

/

Summer knowledge



Summer knowledge is not the winter’s truth, the truth of fall,
the autumn’s fruition, vision and recognition:
It is not May knowledge, little and leafing and growing green,
blooming out and blossoming white,
It is not the knowing and the knowledge of the gold fall and
the ripened darkening vineyard,
Nor the black tormented, drenched and rainy knowledge of birth,
    April, and travail,
The knowledge of the womb’s convulsions, and the coiled cord’s
    ravelled artery, severed and cut open,
    as the root forces its way up from the dark loam:
The agony of the first knowledge of pain is worse than death,
or worse than the thought of death:
No poppy, no preparation, no initiation, no illusion, only
the beginning, so distant from all knowledge
and all conclusion, all indecision and all illusion.
Summer knowledge is green knowledge, country knowledge,
the knowledge of growing and the supply recognition
of the fullness and the fatness and the roundness of ripeness.
It is bird knowledge and the knowing that trees possess when
The sap ascends to the leaf and the flower and the fruit,
Which the root never sees and the root believes in the darkness
and the ignorance of winter knowledge
—The knowledge of the fruit is not the knowledge possessed
by the root in its indomitable darkness of ambition
Which is the condition of belief beyond conception of
experience or the gratification of fruition.
Summer knowledge is not picture knowledge, nor is it the
knowledge of lore and learning.
It is not the knowledge known from the mountain’s height, it
is not the garden’s view of the distant mountains of hidden fountans;
It is not the still vision in a gold frame, it is not the
measured and treasured sentences of sentiments;
It is cat knowledge, deer knowledge, the knowledge of the
full-grown foliage, of the snowy blossom and the rounding fruit.
It is the phoenix knowledge of the wine and grap near
summer’s end, when the grape swells and the apple reddens:
It is the knowledge of the ripening apple when it moves to the
fullness of the time of falling to rottenness and death.
For summer knowledge is the knowledge of death as birth,
Of death as the soil of all abounding flowering flaring rebirth.
it is the knowledge of the truth of love and the truth of growing:
it is the knowledge before and after knowledge:
For, in a way, summer knowledge is not knowledge at all: it is
second nature, first nature fulfilled, a new birth
and a new death for rebirth, soaring and rising out
of the flames of turning October, burning November,
the towering and falling fires, growing more and
more vivid and tall
In the consummation and the annihilation of the blaze of fall.

~

Out of the watercolored window, when you look 



When from the watercolored window idly you look
Each is but and clear to see, not steep:
So does the neat print in an actual book
Marching as if to true conclusion, reap
The illimitable blue immensely overhead,
The night of the living and the day of the dead.

I drive in an auto all night long to reach
The apple which has sewed the sunlight up:
My simple self is nothing but the speech
Pleading for the overflow of that great cup,
The darkened body, the mind still as a frieze:
All else is merely means as complex as disease!
 
 
(Fuente: La comparfecencia infinita)

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario