olí a mi hijo cada vez que nació
quien haya olido a un hijo
se hunde en su cuerpo hasta esperarlo
que solo había escrito recetas de cocina panfletos horóscopos
me entró como sable de faquir por la nariz
el lento caracol del universo
y tembló
tembló
nacía cada vez nacía
en la penumbra de la habitación me acercaba en puntas de pie
y a milímetros de su carita dormida olía su cuerpo
su respiración
quien no haya olido a un hijo
saque urgente un boleto
al campo al mar a la montaña al supermercado casa de cambio templo obrador
o donde crea que encuentre a la esperanza
intimídela
sedúzcala
móntela con honestidad sin temor
y al cabo de algún tiempo
huela el fruto concebido en ella
olerá como mi hijo
el timón de la carne
la celebración de un verbo sucedido
el útero tibio y recuperado al fin
el poderoso amor
la sed.
No hay comentarios:
Publicar un comentario