jueves, 21 de marzo de 2019

Antonia Pozzi (Milán 1912 – 1938)





Esbozo

Pienso esta noche
en la leyenda del Pájaro de Fuego,
en su aparición en la espesura,
en su canto liberador.

Y todos hablan
del joven príncipe,
y del sueño de sus enemigos,
y de su salvación.

Nadie piensa en el árbol oscuro
donde apareció el pájaro
la primera noche.
Nadie piensa en la vida del árbol
después de aquella noche,
ya sin el fulgor
de las alas mágicas.

Solo yo sé
que el árbol vive
de nostalgia y de espera,
y que alrededor ve
a la gente que pasa,
pero que no hay vestimenta llamativa
que para él valga
lo que el esplendor
del Pájaro desaparecido.

El árbol no sabe ya
para quién es su florecer,
y por cada hoja que brota
se retuerce en lo más íntimo de sus fibras.
El árbol ya no sabe
a quién ofrecer
su sacrificio primaveral,
y espera la noche,
la noche negra sin estrellas, sin fuentes,
la hora del oscuro silencio,
cuando desde sus profundas raíces,
en un fulgor extremo y cegador,
le surgirá, le correrá por el tronco
hasta la cima de sus frondas,
su único bien:
el recuerdo ardiente del Pájaro.








Traducción Herme G. Donis


(Fuente: Caína bella blog)

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