sábado, 16 de enero de 2016

Roberto Juarroz


21

El destino del paso que no damos
se inscribe en un espacio paralelo
y nace allí una secuencia de pasos no dados,
que cumplen sin embargo su destino de pasos
y en algún lugar o tiempo
se encuentran
o por lo menos se cruzan con los nuestros
y entonces de alguna manera los corrigen.
Hacia un lado o hacia otro,
el hombre debe dar todos sus pasos.

 

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