sábado, 21 de noviembre de 2015

Roberto Juarroz


Decimocuarta Poesía Vertical-110


El hombre vive reuniendo sus pedazos,
revocando su apariencia de algo entero y terminado.
Las supersticiones se agazapan en las manos
cuando un grito acorrala la tarde.

El hombre es siempre un vaso roto.
Recoge un brazo o una pierna,
un olvido o sus palabras,
que son siempre fragmentos que han rodado.
Recoge sus miedos y los trozos de los muertos,
suyos también aunque parezcan ajenos.
¿Por qué no los deja
esparcidos por la tierra?
Tal vez si renunciara
a conservar sus miserables restos,
ganaría su propia liviandad, su transparencia.
La ilusión del hombre entero
abre un nuevo camino:
la comunión con todo,
porque no hay más que fragmentos.
Y también la visión más desnuda,
que escarba como un pordiosero iluminado
las imágenes vivas que lo aguardan
como expectantes criaturas entre las ruinas.
Tal vez un hombre roto y una imagen
al unirse reconstruyan lo entero,
en algún margen menos cruel del universo.

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