sábado, 7 de noviembre de 2015

Juan Carlos Mestre


ARS PATÉTICA
Me persigue un oficio solitario, vigilar toda la noche una gacela, hablar sin seducir, no poseerla y verla irse oscura al diccionario. En esta voluntad cifra el deseo su dulce llama de inocencia donde arde oculta la paciencia del esforzado hijo de Teseo. Al alba quedarán algunos versos de dudoso gusto y sin belleza para el lírico ángel de los muertos. Todo lo demás será olvidado, el ayer y la mística pereza de empezar otra vez lo acabado.

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