Juan Carlos Mestre
ARS PATÉTICA
Me
persigue un oficio solitario, vigilar toda la noche una gacela, hablar
sin seducir, no poseerla y verla irse oscura al diccionario. En esta
voluntad cifra el deseo su dulce llama
de inocencia donde arde oculta la paciencia del esforzado hijo de Teseo.
Al alba quedarán algunos versos de dudoso gusto y sin belleza para el
lírico ángel de los muertos. Todo lo demás será olvidado, el ayer y la
mística pereza de empezar otra vez lo acabado.
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