Ibitimí
Paraguayo bajo el árbol:
¿qué fue de tu arpa tumbada
contra la arena
cuando sonaron las campanas?
Paraguayo que huye no sirve para
otra guerra.
¿Toda la leche que tomaste
se hizo un gran cuerno de calcio?
¿Un trueno que te arrojó a las
mareas?
Paraguayo que huye sirve para la
paz.
Tu país no tiene mar, pero la
marea es interior.
Tuviste que hacer un curso
incesante de aguas.
Cálidas, gelatinosas o rosadas.
Tuviste que hacer de tu cuerpo
una selva
donde esconderte: ya no estabas
en tu cuerpo,
por el río bajaba tu cuna, y
despedía un vapor igual al de
esos barcos del
Chaco, pero había una tristeza
ahí,
una cuerda del arpa abría el
surco
para que fueras a hundirte
arrojando
una bandera blanca a la tierra.
Paraguayo que huye sirve para otro país.
GRASA.
Monzón
machado
(Plan Nacional de
Alfabetización)
Después de leer Machado,
palabras que no usará jamás:
clepsidra,
adamantino,
rueca,
tahúr,
pitagórica, prensiles,
cangilones,
etc.
Las
separa como el que separa
aceite
usado
de
aceite virgen.
Pro y Contras
La feminización del mundo, o, mejor, el fin de la guerra como
organización del tiempo,
ah, el flujo de energía erótica que ello provocará...
No hay ninguna institución que en su inercia lleve la Clase al
paraíso.
La
Trabajadora Social escribe:
Que
se levante el torno de su
tumba
de carne y hueso y cante la marcha fúnebre
a
caballo en Chacarita. Grrrr.
Que
vuelva el colimba con la leña
fresca
silbando como el niño que silba en las viñas
con
el mismo silbo que acompañó a unas cabritas a tomar agua del río
y
el mismo silbo que sigue como una mariposa sigue
a
un tractor.
No
estás sola Estalingrado ni Alicia ni la Maravilla de la pobreza
mientras
haya Grandes Silbadores Argentinos.
GRASA.
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