lunes, 1 de julio de 2024

Juan Ramírez Ruiz (Chiclayo, Perú, 1946 - Trujillo, 2007)

 

TRES POEMAS 

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PARADERO

 

 

Está lloviendo ahora sobre toda esta ciudad y
son las 12.30 p.m. a lo largo y ancho del Meridiano de Greenwich
y yo he crecido entre gente que es joven y gente que no es joven
entre autos, papeles bond o bulky,
                          artefactos y escaleras
artefactos y clientes. Y avisos de la desesperación o la locura
He crecido sobre esta ciudad
                          y hace 24 años esta ciudad sabe mi peso
(Aquí la noche del 14 de mayo me enteré que he tenido un aire puro
porque alguien lo dijo entre botellas de Pisco de Ica
                         con rabia y para insultarme)
Y yo salgo a la calle a repartirme como obsequio.
Por las calles de mi país camino con un sonido.
Y soy un lugar con mucha luz,
          soy un aullante canto ambulatorio,
mi cuerpo está lleno de poemas y
salgo a la calle a repartirme como obsequio.
Y he demostrado que soy este cuerpo
estremecido por la rala luz que se confía a mis congéneres,
este cuerpo amargo sobre el que lloro:
Mis brazos han crecido increíblemente
y reconozco que mi semblante me ha traído complicaciones,
reconozco que mi cariño infinito me lastima
ahora que yo se regala incontenible, y cuando la lluvia
en la plaza Manco Cápac no es lluvia en la Plaza Manco Cápac.
Y cuando el individualismo se enreda y me llega a las pelotas
            aquí estoy yo, vivo y fogoso
y Latinoamérica devuelve mi cara cuando la miro,
el Día se abre para que este cuerpo pase,
el viento roza mis orejas; y voy fogoso y limpio
a través de estas avenidas silenciosas.
                                                                       Aquí estoy yo.
Y óyeme tú, amadísimo padre,
oye al que está fatigado de hablar para el viento,
ya es Agosto, llueve hace 24 años esta ciudad sabe mi peso:
Yo entrego mi vehemencia y mi amor
a esta vía que se ensancha hacia toda la extensión del universo:
(Aquí lograr lo justo,
                     ser inmaculados
y brillar como focos de 12,000 voltios:
esa es nuestra única alternativa.
Ahora aquí haré lo extraordinario
                     y alguien ha de decir que no está bien).
Pero escúchame tú, padre, escúchame, yo jamás podré mentir
yo he crecido en esta ciudad del sur-este
con mil dificultades para cargar con mi exceso de ternura,
con mi energía de animal salvaje amando,
amando siempre a las manzanas, amando siempre a lo que conmigo vive
con estas ansias,
con esta limpidez que se levanta
                     desde mis extremidades inferiores
amo, amo furiosamente mi fortaleza
                                               y elogio a gritos mi salud. 
 
 
 

EL JÚBILO

 

Atención, éste es el júbilo, éste es el júbilo
huyendo del silencio, viene, viene, se queda,
limpia, éste es el júbilo, el silencio le huye.
Elfina tu decías no, pero está conmigo
tómalo en mis ojos, en mis manos. Elfina
deja la tarde en la calle, avisa y que vengan,
que se alejen de las ofensas, que descuiden la
acechanza, el improperio, la alevosía,
aviso, dilo y abandona las oficinas,
corre, ven con todos, corre, separa tus dedos
de las máquinas sumadoras, cierra cierra,
los libros, los llaveros, los insultos, éste es el júbilo,
éste es el júbilo, reconócelo Elfina, éste es el júbilo.
Este que se aleja de la redondez del cuatro,
de la punta involuntaria del cinco
o del alambre que sigue al viento. Este es el júbilo,
éste es el júbilo, este viento cargado
con sonidos de vidrios verdes, éste es el júbilo,
y conmigo está mirando la tarde. Entro en los pechos,
en las frescas canciones, entro, éste es el júbilo,
esa música, esa abundancia, ese relumbre
que dejó caer sin recogerlo, éste es el júbilo,
reconócelo Elfina, éste es el júbilo.
 
 
 

TRATADO DEL PAISAJE

III
 
Continuar.
Continuar. Únicamente continuar.
Sube dócil el agua a mi voz
y a todo valle baja presurosa
y parda también que ya llegó a blanca
espumosa
móvil trofeo que en toda carne habita, y a estrella expone
sus potencias tersas.
 
Criatura de la fiera raíz
de lo celeste, cautivada, por la bestia que tiembla
bajo el peso del pozo
 
donde Historia ahuyenta
su remota perfección inminente.
 
Cuerpo ilícito que coloca afecto
y a los libros hiere…
mientras un veloz río tenso pisa…
para que el mundo fluya prosiguiendo
y luego sustente a su gemelo
a quien continuando el sol prodigia.
 
Continuando, pues, únicamente continuando:
 
 
(Fuente: Lab De Poesía)

 

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