Dos poemas
Me gustas
Me gustas porque tienes el color de los patios
de las casas tranquilas...
y más precisamente:
me gustas porque tienes el color de los patios
de las casas tranquilas
cuando llega el verano...
y más precisamente:
me gustas porque tienes
el color de los patios
de las casas tranquilas
en las tardes de enero
cuando llega el verano...
y más precisamente:
me gustas porque te amo.
Escribano en la balanza
Y después de servirte
e informarte,
de transitar a mula tus ministerios grises,
los plácemes del sol, las gargantúas de las soledades;
después del recorrido
y de los testimonios
escritos en papeles y tijuanas
se cumplirá tu ley, Rey
Severísimo: muerto seré:
ni siquiera pichón de cacatúa,
coraza de ostras, cachivache ardiendo:
sensatamente un muerto.
Un hombre muerto.
¿Y la frase pensada subido
en un camello? ¿Y el poema
que dije conversando con Walter,
y mis leyes de Niza, y mi ópera
al sacarme la corbata?
¿Quién habrá de escucharlos, Rey
Artero,
cuando las horas huecas
alarguen a mis pencas sus hocicos?
Nadie.
Nadie.
Pero entre los aperos de tus largos veranos,
¡oh Rey del exterminio!, seguirás,
encontrando mis mensajes:
este es mi oficio.
Y esta fugacidad:
todo mi reino.
En Obra poética, Instituto Nacional de Cultura, Lima, 1974
Mas poemas de Juan Gonzalo Rose en Otra Iglesia Es Imposible, Quipu Virtual, Isliada, La Mula
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Foto: Infobae
(Fuente: Otra Iglesia Es Imposible)
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