Parábola del jugador
Que yo te tenga así
de pie sobre las puntas de los dedos
al cabo de un movimiento leve
acróbata volcado
Que nadie sepa qué línea abismal
impávido atravieso
nadie pregunte desde cuándo es azul
la máscara lanosa de clown cruel que visto
ya sin dolor
Al norte de mi corazón de cuero
comienza el marfil de un país que recorro
muy raras veces
No hablo de mi ofrenda al demonio del naipe
funámbulo dormido sin lujo sobre el arpa
Cada minuto dejó
su piel sobre mi piel escaqueada
He conocido armados amores
de arlequín fervientemente insensible
Como San Pedro seré colgado de los pies:
que nadie diga nada
Este momento es mío
vértice íntimo o víctima frecuente
El azar no me quema las manos
Soy entonces el gran negador
dueño por un instante del mundo y de la nada
Entonces por qué ceder en la última escalera
saltar al vacío si el manotazo es luego
como un solo disparo que derrumba castillos
Mi padre era griego que no pregunte nadie
por la iguana de labios bezudos
que está lamiendo la sangre a mi costado
(del libro inédito El miedo horizontal)
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(Fuente: Barcelona news)
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