El coño de la doncella
Traducción de Jenaro Talens
Coño, no coño, sino pequeña gracia,
Tú,
coño, placer mío, mi gentil jardincillo
donde
no se plantó, pues, ni cepa ni árbol,
hermoso
coño, coño de la boca bermeja,
coño,
pituso mío, mi pequeña hondonada,
coño
rollizo, en forma de bocado,
todo
tú recubierto de un rico vellocino
de
hebras finas de oro en su justa sazón,
coño
con tanta fuerza como poderío,
que
puede, él solo, hacer que hasta el goce bostece,
tú,
coño que la mano perezosa y lenta
conviertes,
cuando quieres, en atrevida y diligente,
coño
que ordena a la boca que hable del placer
y
que revoque todo aburrimiento;
coño,
tienes la fuerza y el poder
de
agitar y mover un pezón firme;
coño,
que has olido esta dulce batalla,
tú
no eres para nada de esos coños furiosos.
Coño,
no hay otro coño que te valga,
coño
motado encima de unos muslos tan prietos
que
eres como un escudo, y avisas del asalto.
Lo
que hacemos, decimos, lo que nos ocupa,
queremos,
prometemos, o afirmamos,
o
para ornar tan digno coño;
¡todos
te adoran de rodillas!
¡Oh,
coño, bello coño, golosina exquisita,
coño
que harías reír a un moribundo,
yo
dejo a aquellos que desean la mano,
la
suya hacia arriba tiende hoy más que mañana,
y
a los que se contentan con mirar;
es
un gran bien el no tener deseo;
y
en el beso les dejo también abandonados,
y
estoy contento de quedarme aquí,
justo
a tu vera, coño, a tu servicio
aquél que es más propicio para mí.
(Fuente: Poesía de El Toro de Barro)
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