viernes, 27 de noviembre de 2020

Antonio Orihuela (España, 1965)

 

 

¡VIVAN LAS CAENAS!



 

La presentadora de televisión reprocha la falta de democracia

y libertades del comunismo, y lee, indignada,

cómo el gobierno chino censura la información sobre la huelga,

y a cambio, solo emite unas pocas imágenes de los descontrolados

arramblando con el mobiliario urbano

que los antidisturbios neutralizan con diligencia

y sin demasiada violencia, porque vete a saber si

los revoltosos no son también antidisturbios disfrazados de antisistema

que actúan en la farsa para demostrar lo mala que son las huelgas

y lo inconveniente de las manifestaciones ciudadanas.

 

A continuación, la presentadora, lee,

muy seria y con mano temblorosa,

los nombres de las 44 mujeres asesinadas este año,

víctimas mortales de la violencia machista, mientras,

con la otra mano, hace una bola que tira a la papelera

con la noticia de que, también este año,

siete mil personas han fallecido en España

víctimas de la pobreza energética.

 

-Uno se pregunta qué lista leería la presentadora

si el informativo lo pagaran los 44 asesinos de mujeres

y no el lobby de las eléctricas-

 

Salimos a la plaza y guardamos un minuto de silencio,

pues así lo dicta la ordenanza, por las asesinadas.

 

Salimos de la conciencia,

pues también así lo dicta el sistema,

y guardamos ochenta años de silencio

por los desaparecidos, por los desahuciados,

por los que se irán a la cama sin cenar,

por los que hoy morirán hoy de frío.

 

 



 En Todos atrapados en la misma trampa. Ed. Garum, 2020

 

(Fuente: Voces del extremo)

 

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