viernes, 20 de noviembre de 2020

Esther Pineda G. (Caracas, Venezuela, 1985)

 

 


NO TODOS

Eres indiferente ante la desigualdad,
Te ríes de la violencia machista,
No te bastan las cifras de femicidios,
No te importan los cuerpos mancillados,
No te alcanza nuestro miedo,
No te conmueve nuestro dolor.
Pero te alteras con “nuestras generalizaciones”,
Vociferas “no todos somos iguales”,
Te molesta el reclamo,
Te indigna el pedido de justicia,
Te ofende que contemos nuestras muertas,
Te enfurece la palabra “macho” 
escrita con pintalabios 
en el pecho de tu caudillo.




TENGO UNA HERIDA ENTRE LAS PIERNAS

Tengo una herida entre las piernas
Una herida que no cierra
Que me sangra
Que palpita
Que destila.

Esta herida es la prueba
Innegable y fehaciente
De mi condición de hembra
En este mundo patriarcal.

Para muchos esta herida
Es sentencia que me dice
Que prohíbe
Que me impide
Que gobierne
Que yo herede
Que yo estudie
Me empodere
Y que yo salga a trabajar.

Para algunos esta herida
Es la marca que me obliga
A aceptar lo que otro diga
Y a dejarme maltratar.
Para otros esta herida
Es el signo que me indica
Que el destino de mi vida
Por naturaleza escrita
Es la maternidad.

Pero pese a lo que digan
Que me impongan
Que me obliguen
Que prohíban,
Este cuerpo
Que me sangra
Que palpita
Que destila
No se puede doblegar.




SOMOS "PRO-VIDA" TE DICEN

Somos “pro-vida” te dicen
Pero que muera la madre
Si alguien tiene que morir.
Somos “pro-vida” te dicen
Pero que se mueran las mujeres
Que no quieren parir.
Somos “pro-vida” te dicen 
Pero que se mueran desangradas
Antes de que puedan decidir. 
Somos “pro-vida” te dicen 
Pero que se mueran todas
Las que no piensan igual a mí. 
Somos “pro-vida” te dicen
Pero las voy a cagar a palos
Si se atreven a exigir derechos aquí. 
Somos “pro-vida” te dicen 
Pero que la violación no es violencia 
Si en la familia o la iglesia
Un hombre tiene ganas de sentir.
Somos “pro-vida” te dicen
Pero no hay que hacer “drama”
Si alguien se antojó de ti. 
Somos “pro-vida” te dicen
Pero que termine su embarazo
Que lo venda o lo regale
Su cuerpo no vale para mí.
Somos “pro-vida” te dicen 
Pero desde el Senado
Las seguirán viendo morir. 





EL RACISMO NOS VUELVE EXTRANJEROS EN NUESTRO PAÍS

Para muchos
Lo más difícil de ser extranjero
Es tener que explicar
Es tener que responder
A la eterna,
La inacabable pregunta,
¿De dónde eres?
¿De dónde sos?
Where are you from?
D'où viens tu?
De onde é?
Da dove vieni?
Woher kommst du?
Pero más difícil
Es ser extranjero
En tu país.
Ser negro es nacer extranjero
Ser negro es ser ajeno
A la tierra que te vio nacer
Ser negro es ser,
Constantemente expulsado
Con el discurso
Con los gestos
Con la mirada.
Desde que la memoria me asiste
Recuerdo,
La incesante pregunta:
¿De dónde eres?
Mi extrañeza ante la interrogante
Pero sobre todo,
La sorpresa
La incredulidad
La burla
La sospecha ante mi respuesta:
De aquí.
La insistencia de mi interlocutor
La repetición de la pregunta
Esta vez,
Esperando ser respondida
Con lo que este desea escuchar:
La afirmación de que no
No soy,
No puedo,
No debo,
Ser de aquí.
Mi respuesta nuevamente:
De aquí
Solo causa decepción
En quien me interpela.
No es suficiente
Mi respuesta no le basta
No le satisface.
Ahora,
El pertinaz cuestionador
Quiere saber de mi familia
De donde son
Cuantos son
Cómo son
Para encontrarle sentido
A lo que para él,
Es un absurdo,
Un despropósito.
Que yo
Al igual que él
Nací aquí,
Que mi piel negra
Al igual
Que la suya blanca
Es también de este país.
El racismo
Nos vuelve extranjeros
En nuestro país:
Yo soy extranjera
Desde que nací.





PARADOJA

Tienes miedo 
De nuestros rostros y cuerpos negros
Pero somos nosotros
Quienes morimos
En tus manos blancas. 
 
 
 
 
 
En Resentida. Poesía subversiva, Sudestada 2020
 
 
(Fuente: Emma Gunst)













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