Dios te salve, María
María
del verdugo con navaja
del custodio de la esquina
del cazador de brujas
de tu padre que es un cuervo
y quiere arrancarte los ojos
Dios te salve María
de tus hijos no deseados
de morir en el olvido
de las malas cabezas
que tienen hambre de tu cuerpo
Dios te salve María
para que no te maten a palos
para que la palabra tan filosa
no te rebane la lengua
Dios te salve María
para que nadie tenga que rezarte
ni te lloren en tu casa
Seas tú María
la que pida por nosotros
ahora y en la hora
de nuestra muerte
Amén
(Fuente: Poesía de El Toro de Barro)
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