martes, 17 de noviembre de 2020

Enrique Santos Discépolo (Buenos Aires, 1901 - 1951)

 

 

Qué Vachaché


Piantá de aquí, no vuelvas en tu vida.

Ya me tenés bien requeteamurada.

No puedo más pasarla sin comida

ni oírte así, decir tanta pavada.

¿No te das cuenta que sos un engrupido?

¿Te creés que al mundo lo vas a arreglar vos?

¡Si aquí, ni Dios rescata lo perdido!

¿Qué querés vos? ¡Hacé el favor!.


Lo que hace falta es empacar mucha moneda,

vender el alma, rifar el corazón,

tirar la poca decencia que te queda...

Plata, plata, plata y plata otra vez...

Así es posible que morfés todos los días,

tengas amigos, casa, nombre...y lo que quieras vos.

El verdadero amor se ahogó en la sopa:

la panza es reina y el dinero Dios.

¿Pero no ves, gilito embanderado,

que la razón la tiene el de más guita?

¿Que la honradez la venden al contado

y a la moral la dan por moneditas?

¿Que no hay ninguna verdad que se resista

frente a dos pesos moneda nacional?

Vos resultás, -haciendo el moralista-,

un disfrazao...sin carnaval...


¡Tirate al río! ¡No embromés con tu conciencia!

Sos un secante que no hace reír.

Dame puchero, guardá la decencia...

¡Plata, plata y plata! ¡Yo quiero vivir!

¿Qué culpa tengo si has piyao la vida en serio?

Pasás de otario, morfás aire y no tenés colchón...

¿Qué vachaché? Hoy ya murió el criterio!

Vale Jesús lo mismo que el ladrón...

 

 



Cambalache


Que el mundo fue y será una porquería

ya lo sé...

(¡En el quinientos seis

y en el dos mil también!).

Que siempre ha habido chorros,

maquiavelos y estafaos,

contentos y amargaos,

valores y dublé...

Pero que el siglo veinte

es un despliegue

de maldá insolente,

ya no hay quien lo niegue.

Vivimos revolcaos

en un merengue

y en un mismo lodo

todos manoseaos...


¡Hoy resulta que es lo mismo

ser derecho que traidor!...

¡Ignorante, sabio o chorro,

generoso o estafador!

¡Todo es igual!

¡Nada es mejor!

¡Lo mismo un burro

que un gran profesor!

No hay aplazaos

ni escalafón,

los inmorales

nos han igualao.

Si uno vive en la impostura

y otro roba en su ambición,

¡da lo mismo que sea cura,

colchonero, rey de bastos,

caradura o polizón!...

¡Qué falta de respeto, qué atropello

a la razón!

¡Cualquiera es un señor!

¡Cualquiera es un ladrón!

Mezclao con Stavisky va Don Bosco

y "La Mignón",

Don Chicho y Napoleón,

Carnera y San Martín...

Igual que en la vidriera irrespetuosa

de los cambalaches

se ha mezclao la vida,

y herida por un sable sin remaches

ves llorar la Biblia

contra un calefón...


¡Siglo veinte, cambalache

problemático y febril!...

El que no llora no mama

y el que no afana es un gil!

¡Dale nomás!

¡Dale que va!

¡Que allá en el horno

nos vamo a encontrar!

¡No pienses más,

sentate a un lao,

que a nadie importa

si naciste honrao!

Es lo mismo el que labura

noche y día como un buey,

que el que vive de los otros,

que el que mata, que el que cura

o está fuera de la ley...

 

 

 

(Fuente: Alpialdelapalabra)



 

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