lunes, 27 de marzo de 2017

Santiago Sylvester (Salta, Argentina)


  (según Pascal, la mayoría de los males vienen al hombre 
                                                     por no saber quedarse en su casa)


Hay muchas razones para no salir de casa:
cómo saber qué quiero hacer
con todas las opciones que nos rodean:
no es que no prefiera alguna,
hablo de saber si hay una en mí.

No voy a hacer lo que no quiero hacer
ni voy a hacer lo que no tengo que hacer: el resultado no es
       el mismo si el motivo cambia:
no es le mismo color
si el blanco es por carencia
o por abundancia: no es lo mismo
escalón que desnivel:
pobreza que austeridad: es casi lo contrario:
y hablando caro
no quiero tomar sol
ni tomar sombra:
no quiero estar aquí
y mucho menos no estar:
no quiero mojarme
pero menos estar seco: tengo motivos para todo eso.

Lo verdaderamente difícil no es ganar o perder, tener
o no tener razón,
sino hacer propio un argumento
considerando todos los que andan sueltos por ahí.













                                                                (insistencia de Pitágoras)


Según la teoría pitagórica
hasta el silencio es sonido y música:
no lo advertimos por la continuidad: carece de intervalos:
     el mundo como es: siempre llueve, siempre
sale el sol,
siempre hay viento, carencia, bienestar: siempre
hay muerte y vida y otra vez: así
hasta que cante el gallo
y después se calle, y amanezca.

                                                     De pronto
alguien lo advierte
y empieza la cuenta de nuevo: recomienzan el murmullo, la
    vociferación:
el tributo sinfónico de la disonancia, hasta que de tanto
    recomenzar
tiene otra vez razón Pitágoras: todo es continuidad
y entonces ya no se oye
ni se ve;
hasta que alguien vea de nuevo.

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