Lámpara Maravillosa
El alifrit está frito, nadie frota.
Por el ojo de la lámpara,
bajo una marina peor, atisba
y ve que éste va a ser otro hogar como es debido.
El señor corre al centro del
departamento, se llena la
boca de arena y la escupe por la ventana,
corre al centro del departamento, se llena la boca
de arena y la escupe por la ventana
Es que está construyendo el nido.
El alifrit quisiera poner un
toque de iniciativa —un
mordente, digamos— en esta cadena siniestra de
actos automáticos (dos tonos, un semitono, tres
tonos, otro semitono);
un grano de pimienta —digamos— en el lecho ázimo.
Pero es inútil: nadie frota.
(Poemas del libro
Adrede)
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