RENGLONES A DESTIEMPO
Sobre los desnudos hilos paralelos se dibuja una elipse voladora.
Pronto será un tendal con ojos de pimienta negra y piares diversos.
Pájaros frágiles que las falanges reciben y aparean en blanda intuición de pétalo solitario.
Imaginar una puerta hecha de flores hasta abrirla.
Aunque bien podría llevarme donde no quiero. A veces el diablo me sirve la copa, pabilo encendido en la memoria de las rosas muertas.
En cada boca hay un cuenco recogiendo la desperdiciada tinta de los ojos puestos en una carrera de veleros en línea cuyas velas están hechas de arena.
Es blanco el desierto amarillo y casi verde el amarillo de los cactus de la sed del silencio.
Habré de colgarme del meridiano y perpendicular y suavemente iremos hacia esas calles hermanadas.
La noche va naciendo tras indecisos fulgores de núbil cabellera.
Seré una reina labial, una aparición, una urgencia, la renuncia del agua de los espejos, sin renuencia me reinicio.
Oscilación pendular que irradia la juglaría del aire.
Ya es tarde, es temprano, es hora. Inconsútil me revelo como un estigma de fuego en el centro de cada noche.
Yo tomé las frutillas de nadie de la sala de espera.
Si lo hubiera sabido antes!
Sin prisa sin pausa
Chivilcoy, Buenos Aires, Argentina
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